Carlos V

Carlos V en el Museo Del Prado – Parada 3

Carlos V en el Museo del Prado – Exposición Reencuentros- Parada 3

Al recorrer la galería central, encuentras el cuadro de Carlos V, a caballo, en Mühlberg de Tiziano. Permite que los niños exploren el cuadro a su manera y que opinen sobre él. Puedes plantearles las siguientes preguntas:

  • ¿Quién es el personaje del cuadro? Deja que descubran que vuelven a ver al emperador Carlos, al que ya hemos visto anteriormente (lee nuestro anterior post)
  • ¿Qué hora del día puede ser? ¿Es de día, o de noche? Según los cronistas de la batalla, se produjo una especie de milagro, porque el sol se detuvo para que el ejército de Carlos pudiera cruzar el río y atacar por sorpresa al enemigo. Recuerda que no existía la prensa, y lo que pasó lo contaban historiadores a sueldo del vencedor.
  • Puedes contarles algo sobre el pintor: Tiziano era una auténtica estrella de la pintura en su época. Famoso desde joven, tuvo fama, dinero y éxito. También tuvo la suerte, inusual en la época, de vivir casi 90 años, y le dio tiempo de pintar muchos cuadros, de todo tipo de géneros, y con diferentes estilos: desde el detallismo renacentista, hasta la pincelada gruesa de su vejez que anticipaba el impresionismo con varios siglos de antelación. Este cuadro se pintó durante la madurez de Tiziano, cuando estaba en su plenitud artística.
  • ¿Qué piensas de los colores? El cuadro fue restaurado en 2001 y los colores son más vivos. El tono de la zona inferior del cuadro era más oscuro desde el siglo XVIII, porque recibió el humo de un incendio que destruyó el antiguo palacio real (el Alcázar de Madrid) en la Nochebuena de 1734. Aunque el fuego destruyó más de 500 cuadros y esculturas, algunos cuadros, como este y las Meninas, se sacaron por las ventanas y pudieron salvarse.
  • ¿Notas algo en el lomo del caballo?, ¿Se nota el arreglo del lienzo? Otra aventura por la que pasó el cuadro: un golpe de viento lo tiró al suelo mientras se secaba y esa zona sufrió daños. Como el arreglo fue muy bueno, esta anécdota parecía una especie de leyenda de la época, hasta que durante la restauración de 2001 se descubrió por rayos x que la zona había sido reparada y que había sufrido algún tipo de accidente.
  • ¿Por qué un cuadro ecuestre, a caballo? Los cuadros que encargaban los nobles eran mucho más que adornos caros para colgar en la pared, también funcionaban como instrumentos de propaganda. Los emperadores romanos se retrataban a caballo, y uno de los sobrenombres de Carlos era “César”, así que se busca una relación entre él y el Imperio Romano. El cuadro fue de los primeros retratos ecuestres de reyes que se pintaron desde la caída de Roma, y marcó una tendencia que se imitó en posteriores retratos de nobles y reyes.
  • ¿Por qué no se ven ejércitos? ¿Dónde está la batalla? El cuadro tiene carga simbólica desde muchos puntos de vista: No aparecen escenas de guerra, ni sangrientas, para representar a Carlos victorioso de forma idealizada, como un caballero medieval, o un emperador de la antigua Roma. La pintura simboliza escenas legendarias de la antigüedad, como César cruzando el río Rubicón, o la historia de Josué de la Biblia. Otra simbología que puede establecerse es el de la historia de San Jorge y el dragón; en este caso, Carlos sería San Jorge, y el dragón simbólico sería la herejía protestante.
  • ¿Participó Carlos en la batalla? A finales del Renacimiento, los reyes todavía iban a la guerra, pisaban el campo de batalla y dirigían las tropas (el rey de Hungría, cuñado de Carlos, murió en batalla contra los turcos). Carlos estuvo de verdad en Mühlberg, y la armadura del cuadro y los arreos del caballo son los que usó para la ocasión. El pintor no necesitó inventarse los detalles, porque son objetos que existen. Son piezas muy valiosas, labradas en oro y plata, que hoy se pueden ver en la Real Armería del Palacio Real de Madrid. Si visitas la Real Armería puedes comparar la fidelidad de la representación de Tiziano.

Curiosidades e información adicional

¿Qué pasó en la batalla? La batalla de Mühlberg es la victoria final del emperador Carlos en la llamada Guerra de Esmalcalda. El ejército imperial de Carlos era más pequeño que el ejército enemigo, el de la Liga Esmalcalda. El 24 de abril de 1547, las tropas de la Liga acamparon a orillas del río Elba para pasar la noche y, por seguridad, destruyeron los puentes sobre el río. Pero el ejército imperial vadeó el Elba, atacó por sorpresa el campamento, derrotó al ejército de la Liga e hizo prisioneros a sus comandantes: el príncipe de Hesse y el duque de Sajonia.

¿En qué guerra luchaba Carlos? En la guerra de Esmalcalda. En el siglo XVI, la política y la religión estaban unidas y, por ambas razones, estalla una guerra civil dentro del Sacro Imperio Romano Germánico entre sus Estados católicos y los Estados protestantes. El rey Carlos I de España era también el Emperador Carlos V de Alemania y encabeza el bando católico, mientras que los príncipes protestantes se agrupan en una coalición llamada: Liga Esmalcalda, que perdió la guerra.

El retrato fue un encargo de su hermana, María de Austria, reina de Hungría y Regente de Países Bajos. Era una mujer culta y poderosa que tenía una gran colección de libros y de arte. María compró el cuadro del Descendimiento, de Rogier van der Weyden, que vimos en la parada anterior.

En esta escena, aunque es una visión idealizada del Emperador, existe una base de realidad: Carlos sabía montar a caballo y manejar la lanza, como refleja el cuadro. Carlos I nació durante el Renacimiento y conservaba la mentalidad de un caballero medieval: llegó a desafiar a un torneo a muerte a caballo al rey de Francia, ellos dos solos en la frontera, para evitar el derramamiento de sangre de una guerra, pero el francés se negó.

En próximos posts seguiremos el recorrido por la exposición en el Museo del Prado. Si quieres recordar nuestras anteriores «paradas» de la Exposición Reencuentro, echa un vistazo a los posts:

Parada n.º 1 Carlos V y el Furor

Parada n.º 2 La Anunciación y el Descendimiento

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